Las cosas que faltan
- Javier Marzoa Lamas
- 26 nov 2014
- 3 Min. de lectura

Grandísima pieza representada el pasado viernes 21 de Noviembre en el CCM de Os Mallos de A Coruña. No hemos podido resistir colgar la nota que el autor dejó en su facebook poco antes de que ésta se estrenase... Buenas tardes, escribo estas líneas porque me apetece "charlar" sobre un tema-consulta que me han hecho últimamente en repetidas ocasiones, y del que me apetece mucho comentar lo que pienso o siento. La pregunta es: "Y tú, ¿estás a favor de la gestación subrogada?". Bien. He de aclarar para empezar que como autor, y como en casi todos los textos que tengo, no termino de posicionarme del todo porque me gusta ver y contar las historias desde todos los ángulos, con todas sus aristas, con toda su "verdad", que al final no es patrimonio de nadie de forma exclusiva. Me gusta plantear los temas desde todos los puntos de vista, retratando la realidad en todos los lados, así como las consecuencias que pueden provocar, y el porqué los sujetos implicados llegan a una u otra posición. Lo más equitativo posible. Nadie tiene la razón casi nunca. O todos la tenemos... Ahora, a nivel personal. Lo tengo muy claro. Estoy muy a favor de la práctica de la gestación subrogada. Absolutamente. Como práctica reglada, bien llevada a cabo, sin flecos sueltos, de conformidad por todas las partes, etc....estoy muy de acuerdo. Sin ningún lugar a dudas. Y máxime en un mundo donde en una gran parte, un derecho, una necesidad tan vital como la de ser padre ( o madre) está totalmente supeditada, en algunos casos, a la moral, a las creencias religiosas, a las capacidades económicas o a los modos de vida ( muchas veces falsos ), y no al estudio riguroso y estricto de las capacidades de un ser humano para criar, educar y amar a un hijo. Triste. Que un hombre, o una mujer, o una pareja recurra a esta práctica con el fin de tener un hijo,...¿qué puede tener de malo? Es más, muchas personas no ven otra solución porque la adopción es para ellos imposible, por tiempo, por dinero, porque no les consideran "aptos" para tenerlo. Y no queda otra opción.... Por otro lado. Aquellos hombres, mujeres, o parejas que quieren que el niño/a tenga la carga genética de al menos uno de ellos,...¿Y? Pero, ¿cómo puede la gente cargar contra esas personas por eso? ¿Cómo se permite la gente llamar "egoístas" a esas personas por desear tener un hijo biológico? ¿Cómo se pueden permitir juzgar y usar el tema de los niños que hay para adoptar en el mundo? ¿Han cuestionado que ellos mismo vienen de una concepción natural y que sus padres podrían haber adoptado a otros niños en lugar de concebirlos a ellos? O,..¿eso es que no vale? Según todo esto, la mayoría de los presentes no debíamos de existir. Nuestros padres tendrían que haber adoptado a tres niños ( en mi caso, que somos tres hermanos ) y así contribuir a que la vida de tres pequeños mejorase. Pero no lo hicieron, y mis hermanos Pedro, Grego y yo....estamos aquí. Después, y muy importante, sin duda, el tema de la mujer. Podemos aprovechar de nuevo y hablar del tema del aborto, de la capacidad de una mujer de decidir lo que tiene que ver con ella, ¿no? Si una mujer decide, si una mujer elige, si una mujer es dueña de sus actos, me parece fantástica esta práctica. Todo en orden, todo bien hecho,...Es cierto que hay un intercambio económico, pero...NO NOS ENGAÑEMOS. En esa mujer también hay una voluntad, también hay una solidaridad, también hay un amor cuando hace eso. Si no en todos los casos, sí en muchos. Mas allá del dinero. Una mujer que hace eso, probablemente esté haciendo lo que muchos gobiernos retrógrados y sobre todo inhumanos....no son capaces de hacer. El padre, la madre, o la pareja que tiene a su hijo/a por gestación subrogada no está comprando un hijo. No está comprando nada. (¿no conocemos todos procesos de reproducción asistida?) Está fecundando, está engendrando, ... está criando y está produciendo una nueva vida, el mismo milagro que fuimos tú o yo. El mismo. No es justo, no es nada justo.
José Pascual Abellán. Autor y Director de Las Cosas que Faltan
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